La "trampa mortal" de la princesa Diana: sale a la luz el dato más revelador de su fallecimiento
Han pasado casi 20 años y todavía surgen dudas de la muerte de uno de los mitos de la prensa del corazón. La noche del 31 de agosto de 1997, el accidente que costó la vida a Diana de Gales supuso no solo un shock para su familia sino para el mundo entero, que a partir de entonces la convirtió en «Princesa del pueblo».
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Diana de Gales / Gtres
Mucho se ha especulado sobre las causas reales de su muerte. La presión mediática, el supuesto estado del conductor del coche, que Diana no llevaba el cinturón de seguridad, la velocidad… e incluso se ha llegado a hablar de una conspiración para asesinarla por su relación con el magnate Dodi Al Fayed. Dos décadas después, ha sido una cadena de televisión francesa quien ha puesto la vista en el coche en el que viaja la madre de los príncipes Guillermo y Enrique y ha elaborado un minucioso documental en que se exponen una serie de detalles a los que hasta ahora no se había prestado atención. El estado del vehículo, que esconde tras de sí una truculenta historia, fue clave en el accidente pese lo que se ha tratado de ocultar.
Diana de Gales con sus hijos Guillermo y Enrique en 1991 / Gtres
Bajo el título, «La muerte de Diana: Una increíble revelación», durante una hora y media se analiza cada momento de la noche en la que ex mujer de Carlos de Inglaterra perdió la vida. El documental, se basa en el libro «¿Quién mató a Lady Di?» escrito por los periodistas de Paris Match, Bruno Mouron, Jean-Michel Caradech y Pascal Rostain, que vivieron en primera persona el fallecimiento de la «Reina de corazones».
Diana de Gales vista en las cámaras de seguridad del Ritz / Gtres
La noche de su muerte, Diana de Gales y su novio, Dodi Al Fayed salieron del Ritz de París en un vehículo propio del hotel. Un coche de la marca alemana Mercedes, modelo S280, máximo exponente del lujo en su momento, con todos los detalles y accesorios, así como tapicería de cuero, acabados en madera y cromo y elementos de seguridad de última tecnología. Sin embargo, la pareja desconocía la procedencia del coche, y mucho menos, su pasado.
Diana en el coche antes del accidente / Gtres
La historia del vehículo se remonta a 1994 cuando su primer propietario, Eric Bousquet lo compró por el equivalente a 84.000 € actuales. Sin embargo, tres meses después de su compra se lo robaron, con la mala suerte de que el ladrón tuvo un grave accidente cuando conducía el coche por la autopista. Más de doce vueltas de campana que dejaron el Mercedes para el desguace. Sin embargo, por desgracia, se optó por reconstruirlo. Una fatal decisión que en el futuro llevaría el vehículo hasta Lady Di.
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A Bousquet se le reembolsó íntegramente el dinero que había pagado por el coche y este fue entregado a la compañía «Limusinas Etoile» por 40.000 euros. El dueño de la empresa, Jean-François Musa, era uno de los colaboradores habituales del Ritz y otros hoteles de lujo de la ciudad de la luz y no dudó en ningún momento del estado del Mercedes.
Restos del accidente / Gtres
A sus 58 años, el señor Musa sigue manteniendo una intensa batalla legal por recuperar los restos del vehículo que según parece están en un almacén en el Reino Unido. A pesar de lo que afirma el documental, los expertos policiales, tanto británicos como franceses, hicieron público un informe en 2006 en el que se declaraba que, tras examinar y estudiar detalladamente los restos del siniestro no se había encontrado nada sospechoso en el coche que pudiera haber contribuido a causar el accidente.
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Sin embargo, esta información no casa con lo que aseguran algunos de los conductores habituales de la flota del Ritz. Por ejemplo, Karim Kazi, ha dicho: «el coche era difícil de controlar e incluso había insistido a mi jefe que era necesario deshacerse de él».
La reina Isabel y la Diana de Gales / Gtres
En el documental insisten en que «no están ofreciendo una teoría o una hipótesis, sino datos concretos y pruebas de algo que realmente ocurrió». No se puede quitar responsabilidad a la velocidad, totalmente inadecuada para el recorrido, ni al conductor, que había bebido y no tenía certificación adecuada para el transporte de pasajeros. Tampoco se puede obviar la presión de los fotógrafos que provocaron que el chófer fuera más rápido de lo que debía, pero a la luz de las pruebas y los testimonios es innegable que Diana y Dodi desconocían que el coche en el que viajaban era una «trampa mortal», un vehículo que en cualquier momento podía perder el control. Veinte años después nadie va a asumir su responsabilidad, pero en el fondo, cualquier huésped del Ritz podía haber sufrido un accidente subido a ese coche.